El uso de plantas (fitorremediación) para desintegrar las fibras de amianto

Actualmente, se conocen numerosas tecnologías para la eliminación del amianto, pero suelen implicar enormes inversiones y gastos operativos, y los productos finales y subproductos de estos métodos tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Una dirección moderna y única en la desintoxicación de minerales de amianto implica el uso de microorganismos, plantas y sus metabolitos. El tratamiento biológico es una perspectiva para la recuperación de tierras in situ y en condiciones industriales, que puede ser una alternativa viable al vertido y un sustituto o complemento ecológico de los métodos térmicos, mecánicos y químicos, a menudo caracterizados por un alto coste. Los productos del metabolismo vegetal y microbiano forman parte de la tendencia de la química verde, un pilar estratégico central del desarrollo industrial y ambiental global.

Fitosideróforos

Los fitosideróforos son un grupo de ligandos quelantes producidos por cultivos herbáceos, como el trigo, la cebada, el centeno, la avena y el maíz. Estas plantas se encuentran entre los cereales más populares a nivel mundial debido a su uso en la producción de alimentos y piensos. Estos compuestos también pueden ser importantes en la degradación in situ del amianto debido a su capacidad para movilizar Fe y otros metales.

La actividad de los fitosideróforos, combinada con la estabilización del suelo superficial y la minimización de la erosión por las plantas, que puede reducir la exposición al asbesto en el aire, parece una dirección prometedora para la eliminación in situ del amianto. Las plantas herbáceas de las especies Cymbopogon citratus y Chrysopogon zizanioides son eficaces en la fitorremediación de residuos mineros de cromita y asbesto. Este tipo de residuo presenta dificultades para la colonización de las plantas debido a su baja capacidad de retención de agua, relativa homogeneidad, baja densidad aparente, textura arenosa, bajo contenido de nutrientes y alto contenido de cromo y níquel. El uso de plantas desmoviliza las fibras de amianto, permite inhibir la erosión del suelo y mejora el valor estético del entorno. La eficacia en la fitorremediación de residuos de cromita y asbesto, manifestada por la acumulación de metales, también se demuestra mediante una cubierta vegetal compuesta por Cynodon dactylon, Silene nutans, Acacia concinnia y Cajanus cajan.

Conclusión

La fitoestabilización puede ser una estrategia viable para remediar sitios contaminados con amianto, como las plantas postindustriales, que actualmente no reciben tratamiento debido al alto costo de otras tecnologías. Entre las ventajas de este enfoque se citan la reforestación de sitios abandonados, la estabilización de la capa superficial del suelo, que reduce la dispersión de fibras en el aire, y el aumento de la fertilidad del suelo tras la aplicación de aditivos con alta capacidad de fijación de metales.

Fuentes:

  • Łuniewski, S., Rogowska, W., Łozowicka, B., & Iwaniuk, P. (2024). Plants, Microorganisms and Their Metabolites in Supporting Asbestos Detoxification—A Biological Perspective in Asbestos Treatment. Materials17(7), 1644. https://doi.org/10.3390/ma17071644