Des del área de Ecologia, Urbanisme i Mobilitat se quiere renaturalizar Barcelona incrementando las hierbas espontáneas en el espacio público y reduciendo el uso de productos químicos, entre otras muchas acciones, para mejorar la biodiversidad de la ciudad. Para así combatir más efectivamente el cambio climático y avanzar hacia un modelo de jardinería sostenible.
Esto afecta evidentemente a los alcorques, donde se dejará que crezcan las hierbas espontáneamente sin que ello comporte, en un principio, dejadez o suciedad.
Pero me gustaría que analizáramos detenidamente la biodiversidad en los alcorques con dos ejemplos que tomé hace un par de meses:
1. Baró de Viver
En este primer caso nos encontramos con el alcorque de un árbol cerca de la periferia de la ciudad, limítrofe con Sant Adrià de Besòs. La eliminación del uso del glifosato ha permitido la aparición de hierbas espontáneas y autóctonas, en este caso una especie probablemente del género Chenopodium. Aun así, su porte contradice lo comentado más arriba ya que estéticamente da sensación de dejadez.
Hablando de forma más o menos informal con algunos ingenieros agrícolas y paisajistas, muchos coinciden en que dejar esto así es un error porque queda «feo de narices». La retirada del uso del glifosato y la mejora de la biodiversidad no tendrían que ser una excusa para dejar que las «malas hierbas» campen a sus anchas a pesar de ser autóctonas, sería como no retirar los chupones de los árboles. También han destacado negativamente que el hecho de estar en un barrio humilde, alejado del centro y con poco turismo ha fomentado el abandono por parte de las entidades públicas…
2. Plaça de Francesc Macià
En este segundo ejemplo podemos ver un alcorque de un árbol en pleno centro de Barcelona con especies exóticas de los géneros Chlorophytum, Euryops, Bergenia, Begonia, etc. Ignoro si las han plantado Parcs i Jardins (Ecologia, Urbanisme i Mobilitat) o si forma parte del Pla de Participació i Cogestió del Verd, ya que en los alcorques de alrededor no hay nada plantado más allá del árbol correspondiente.
Los ingenieros y paisajistas con los que he tratado más o menos este caso coinciden en que estéticamente tiene mucho más valor que el caso anterior, pero algunos han comentado que la plantación de especies foráneas podría no atraer ni a los insectos ni a la fauna locales, contrariamente a lo que se pretende con el Pla del Verd i la Biodiversitat de Barcelona 2020.
Como veis el debate está servido. Es un tema muy interesante y me encantaría saber vuestra opinión, así que os animo a escribir comentarios. ¿Qué pensáis sobre esta cuestión?
A mí me parece un diseño de campaña muy mejorable. La idea es loable (de hecho, yo estuve trabajando en un plan de ocupación del ayuntamiento el año pasado, 2016, en el que informábamos de este plan de renaturalización y del abandono del uso del glifosato), pero, al igual que la superilla (otra idea muy interesante que persigue unos objetivos de mejor calidad de vid), la gestión no ha sido la adecuada, en mi opinión. Si esta renaturalización se hace con una mayor campaña, y acompañada de otras acciones (por ejemplo, que haya más policias que amonesten o eviten que los perros orinen en cualquier alcorque) entonces quizá pueda tener más sentido y/o éxito.
Oye, y qué dice el plan de participació y cogestió del verd? Entiendo que en el segundo caso especulas que lo pueda haber plantado un o unos particulares y que eso pueda ser lícito?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Vicenç, muchísimas gracias por tu comentario.
He intentado recabar información sobre el Pla de Participació i Cogestió del Verd y, francamente, no he encontrado mucha cosa. Pero entiendo que lo que pretende el plan es involucrar a la ciudadanía, entidades, organizaciones, etc. de forma activa en la gestión de los espacios verdes. Por ejemplo, que los alumnos de una escuela planten parterres con flores en un parque como se ha hecho no se si en Sevilla o Huesca. La implicación directa para contribuir al fomento de la conservación de los espacios verdes.
Exacto, en el segundo caso cabría la posibilidad de que algún vecino lo pudiese haber plantado al ser solo ese alcorque (dentro o no del Pla de Participació), aunque me inclino más a que sea una acción dentro de la política de Ecologia, Urbanisme i Mobilitat y Parcs i Jardins para mejorar la biodiversidad de los alcorques, como se hace en otras poblaciones como Malgrat de Mar.
¡Un saludo Vicenç!
Me gustaMe gusta
HOla.
Para mi la valoración de «bonito» o «feo/antiestético» es muy subjetiva. Tenemos que ir cambiando el chip y pensar que un alcorque lleno de hierba, siempre que esté limpio de papeles y materias extrañas, es bello, ya que se asemeja a la naturaleza, aparte de los beneficios que reporta tanto al árbol como al medio ambiente. Cierto es que, desde un punto de vista puramente estético o paisajista, una homogeneización de estas especies herbáceas podría ser positiva. O no.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Sebastián,
Estoy de acuerdo con tu razonamiento. Para cambiar el chip tendríamos que potenciar la educación ambiental como herramienta de concienciación de la población que sería más fácil si, como dices en la última frase, se homogeneizaran algunos criterios estéticos… Desafortunadamente, la gente con pocos conocimientos sobre esta temática (el ciudadano «normal») encuentra generalmente feo un alcorque donde crecen «malas hierbas».
Me gustaMe gusta