Las especies vegetales acostumbran a tener dos tipos de nombres:
- Nombre común o vulgar.
- Nombre científico o botánico.
El nombre común es aquel que tradicionalmente la comunidad de hablantes de una misma lengua ha designado a una especie. Por lo general, una especie suele tener distintos nombres comunes especialmente si el ámbito geográfico donde se encuentra es extenso, entrando en juego incluso variedades dialectales. Las especies de jardinería de nuestros espacios verdes como muchas provienen de otros países, incluso de otros continentes, puede ser que no tengan nombre común en nuestro idioma a no ser que se hayan cultivado des de hace tiempo. En algunos casos se adopta como nombre común el género de la especie.
Como el nombre común de una misma especie cambia según el dominio lingüístico del territorio donde la encontremos en muchos casos se imposibilita la mutua intelección y por eso el nombre común no puede ser oficial ni estará reconocido científicamente. Por ejemplo, el árbol que en castellano conocemos como «haya» en checo se denomina «buk», como vemos es totalmente diferente.
El nombre científico resuelve este conflicto de lenguaje ya que es un nombre aceptado por la comunidad científica a nivel internacional, así que nuestra «haya» es conocida internacionalmente (aunque sea solamente por personas con conocimientos medios de biología) como Fagus sylvatica en cualquier país del mundo independientemente de la lengua común que se hable. Es posible que una especie tenga lo que denominamos «sinónimos», es decir, un nombre científico usado antaño que ha sido substituido por el nombre actual o que la comunidad científica como conjunto no esté de acuerdo en que nombre asignarle a una especie.
Estructura del nombre científico
El nombre científico es binomial y acostumbra a ir en cursiva o subrayado, poniendo de nuevo el haya como ejemplo, su nombre científico es Fagus sylvatica, donde Fagus es el género y sylvatica el epíteto o nombre específico. En entornos más académicos el nombre científico va acompañado de la cita del autor, es decir, la persona que nombró la especie y la publicó. En el caso que nos ocupa seria Fagus sylvatica L. (siendo «L.» la referencia a Carlos Linneo, la abreviación de los nombres de las citas viene regulado por el Código Internacional de Nomenclatura Botánica).
Después del género y la especie aún podemos encontrar subdivisiones más pequeñas que se usan para diferenciar especies con rasgos distintos más concretos: subespecie (ssp.), y variedad (var.), menos comunes son la subvariedad (subvar.) y forma (f.), resultando de esta manera un nombre trinomial, por ejemplo, Fagus sylvatica var. americana. Como hemos comentado en el párrafo anterior, en ámbitos científicos también se añadiría la cita del autor para estas subdivisiones, resultando así Fagus sylvatica L. var. americana Pers..
También podemos encontrar híbridos de dos especies diferentes, en estos casos el nombre científico tendrá emplazada una «x» sin cursiva entre el género y la especie, cosa que indica el cruce de las dos especies. Por ejemplo Aesculus x carnea (castaño de Indias de flor roja), es un híbrido entre las especies Aesculus hippocastanum y Aesculus pavia. Incluso hallaremos híbridos de dos géneros diferentes (siempre que sean de la misma familia) y, en este caso particular, la «x» del cruce se emplazará delante del género. Por ejemplo: x Chitalpa tashkentensis, híbrido de Catalpa bignonioides y Chilopsis linearis. Los híbridos acostumbran a ser estériles, no se pueden reproducir.
Lo que si es importante saber es que entre las plantas de jardinería encontramos un tipo de categoría intraespecífica totalmente artificial (o sea, que en el medio natural no se da, tiene su origen en los viveros) de especies con características diversas, por lo general estéticas y socioambientales*, provenientes de cultivos por hibridación, por mutación, por selección, etc. es lo que llamamos «cultivar«. Lo encontraremos escrito sin cursiva detrás del nombre de la especie y entre comillas: Fagus sylvatica ‘Atropurpurea’, es decir, que las hojas son de un color púrpura intenso.
*socioambiental: que tiene alguna cualidad positiva para las personas y el medio ambiente, por ejemplo cultivares resistentes a plagas, que no producen semillas (reduciendo el potencial invasor de una especie), que no producen frutos (así no se ensucian las calles en caso de arbolado viario), etc.