Algunos apuntes sobre presión humana e impacto ambiental en el litoral de Barcelona

Introducción

Las playas de Barcelona están dentro del biotopo llamado Mundo Azul.

En «Impacto sobre la vegetación» nos centraremos en la llamada zona seca, que es la zona más superficial, sometida a largos episodios de insolación que la deja muy reseca. Se caracteriza por su casi nula humedad. Estas condiciones hacen que la vida animal sea casi imposible y que la vida vegetal, si la hay, tenga fuertes rasgos adaptativos. Los vegetales presentes tienen estrategias para afrontar la escasa disponibilidad hídrica a causa de la permeabilidad de la arena, que no retiene el agua de lluvia; la mobilidad de la arena por su estructura suelta, y la salinidad, que puede afectar a los vegetales vía edáfica o vía aérea. Estas acumulaciones de arena, necesariamente suelta y sin cimentar, pueden constituir pequeños montillos móviles, las dunas, cada vez más raras. El tipo de sustrato es una característica interesante a la hora de hablar de biodiversidad, ya que los organismos que viven en zonas arenosas son bien diferentes de los que viven sobre fondos rocosos. Los elementos artificiales ligados al gran desarrollo de la zona portuaria y recreativa hacen que, a pesar de que Barcelona tenga una costa eminentemente arenosa, actualmente una parte muy considerable sea rocosa.

La playa no «urbanizada» se caracteriza por fondos de arena con inclinación suave, en algunas zonas son áreas protegidas por espigones y atenuadores. Con cierta rapidez se alcanzan los 15 y 20 metros de profundidad.

Para terminar esta introducción, es importante mencionar que los fondos marinos de la costa barcelonesa están bastante afectados por los residuos que generan cerca de tres millones de personas de su área metropolitana y por toda la actividad y la industria asociada.

Presión humana

En las últimas décadas, muchas áreas costeras del Mediterráneo han sufrido una intensa ocupación humana sin el debido planeamiento urbano o preocupaciones ambientales. Este es el caso de la costa Catalana, que se caracteriza por la fuerte explotación turística y desarrollo inmobiliario ocurridos en las últimas décadas. Además los hábitats de las zonas costeras, como las playas, son sitios dinámicos y sensibles.

La alta densidad, sumada a sus oportunidades de turismo y ocio, y que Barcelona se ha convertido en un destino turístico mundial consolidado, conllevan una masificación sin precedentes en el territorio, sometido a una presión socioeconómica y ambiental cada vez mayor, que también repercute en el uso de las playas. Cabe añadir que, debido a esta alta demanda turística, actualmente la actividad económica del municipio está centrada mayoritariamente en el sector servicios, con aproximadamente un 90% de la población, muy por encima de la media catalana que es del 78,4% (IDESCAT 2020)

El litoral de Barcelona ha sido sometido a actuaciones diversas debido a la presión antrópica que ha sufrido, afectando al transcurso natural de los sedimentos. Destacan los cambios acaecidos en el Delta del Llobregat, un río industrializado, modificado y afectado por la instalación de presas, así como la ampliación del puerto de Barcelona, comprometiendo el caudal sólido del río con la consecuente afectación en las playas por déficit de sedimentos.

En la provincia de Barcelona, el período comprendido entre 2008 y 2015, de un total de 12 playas urbanas 8 han sufrido retrogradación debido posiblemente a las aportaciones de arena y las construcciones costeras (puertos y muelles) que experimentó la costa catalana en general (en menor grado la provincia de Girona).

Uno de los grandes impactos de la gestión de las playas es la presión antrópica que sufre el medio marino; como la masificación, mencionada más abajo, o uso de vehículos acuáticos, la gran cantidad de agentes externos que terminan en las playas o en el mar como combustibles fósiles y residuos banales, entre otros.

Los impactos medioambientales más recurrentes en las playas de Barcelona son:

  • La masificación
  • Los residuos no biodegradables
  • Las colillas*
  • Los microplásticos
  • El vertido de aguas residuales urbanas
  • La acumulación de espuma
  • Las manchas de aceite
  • Las plagas de medusas (causadas por el incremento de la temperatura del mar)

*El 22 de julio se aprobó definitivamente la modificación de la Ordenanza del uso de las vías y espacios públicos, que declara como espacios libres de humo todas las playas de la ciudad y al efecto estableció la prohibición del consumo de productos del tabaco y la utilización de dispositivos susceptibles de liberación de nicotina en estos espacios.

La presión humana también afecta a la tortuga marina y constituye la principal causa de amenaza, ya que el cambio climático se ve acelerado por la influencia del hombre. Además, la presión antrópica, provoca un alto porcentaje de mortalidad en todas las fases de su ciclo de vida y la merma de su capacidad adaptativa, lo que puede producir la extinción de aquellas poblaciones que actualmente se encuentran más amenazadas o la extinción de la propia especie.

Impacto sobre sobre la vegetación

Las comunidades arenícolas propiamente de playa y de duna y las pertenecientes a los arenales constituyen la llamada vegetación psamófila, que está abocada a un proceso de deterioro galopante, víctima como ninguna otra de los efectos de la hiperpresión humana. Hasta la existencia misma de las propias dunas litorales es algo desgraciadamente muy comprometido en nuestro territorio.

A base de eliminar la vegetación, hemos llegado a creer que las playas son lugares sin plantas. En realidad las playas constituyen un marco poco hospitalario, pero capaz de acoger poblamientos herbáceos de densidad media.

¡No todo son malas noticias!

El sistema de gestión ambiental de las playas de Barcelona dispone del certificado ISO 14.001:2004. Esta certificación implica la planificación e implantación de una política ambiental que incluye un compromiso de mejora continua y de prevención de la contaminación, así como el compromiso de cumplir con la legislación y la reglamentación ambiental vigentes.

La creación de un parque de arrecifes artificiales frente al litoral barcelonés se hizo en el marco del Fórum Universal de las Culturas 2004 y pretende mejorar la diversidad biológica del frente costero de la ciudad. El objetivo es acelerar la recuperación de este entorno tan degradado.

Muchos de los residuos que se generan en las playas no son biodegradables y suponen un gran riesgo para la flora y fauna marinas y, en consecuencia, para los seres humanos. Por eso se impulsó la estrategia Residu Zero.

Relacionado con la educación ambiental hay que destacar el Centre de la Platja, situado en los porches de la playa del Somorrostro, frente al Hospital del Mar. Es un espacio de información, de encuentro y de formación para todas las personas interesadas en el litoral de Barcelona y los aspectos que se relacionan, con una oferta que va desde exposiciones, talleres, rutas, cuentos, visitas, espectáculos, tertulias y juegos, servicio de información y consultas sobre el litoral, préstamo gratuito de diarios, libros, revistas, juegos para la arena y material deportivo, entre otros.

En 2020 se detectó el primer nido de tortuga marina en Barcelona, nacieron 56 crías en la playa de la Mar Bella.

También en 2020, el Parlament aprovó la ley 8/2020, de 30 de julio, de protección y ordenación del litoral, que tiene entre objetivos principales:

  • Planificar racionalmente las actividades que se desarrollan en la costa para conciliar la protección del medio ambiente y del paisaje con el desarrollo económico, social y cultural.
  • Preservar y recuperar las zonas costeras, ecosistemas, paisajes y geomorfología costera en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
  • Prevenir y reducir los efectos del cambio climático, adaptando las zonas costeras a sus efectos y mitigando sus efectos.
  • Garantizar la coherencia entre las iniciativas públicas y privadas que afectan a la utilización de la franja litoral.
  • Conservar y velar para mantener las masas de agua en el ámbito costero.
  • Regular el acceso a las playas, atendiendo a sus singularidades, para detener la pérdida de biodiversidad y preservar a las especies protegidas.

Fuentes: